Queridos amigos, como sabéis por los avisos de misa y por nuestro facebook, ayer, lunes 12 de diciembre 2016, regresamos a España un grupo de peregrinos a Tierra Santa. Ha sido una peregrinación bendecida por Dios desde su inicio al cubrir el mínimo de peregrinos hasta su final. En los preparativos previos a la peregrinación había de todo en nuestra mochila: nervios, inquietudes, peticiones de nuestros amigos, ilusiones, entusiamos y oraciones. Nos encomendamos al Padre por una celebración de la Palabra con bendición del peregrino días antes de nuestra partida a Tierra Santa. Una vez allí, la ONG Construyendo Puentes encargada de esta peregrinación, tenía todo previsto y pensado. Cristina, la responsable de Construyendo Puentes, y José Luís, nuestro guía, supieron intoducir al grupo tanto en el contacto visual y sensitivo con los Lugares Santos como en el conocimiento de la realidad de la Iglesia en un país de mayoría hebrea y musulmana.

Ciertamente han sido días donde se ha dormido poco, nos hemos habituado a horarios y comidas poco frecuentes en España, pero durante los cuales Dios se ha derramado con cada uno de nosotros. Este baño del Espíritu Santo se apreciaba cada día en nuestros rostros, oraciones y conversaciones. Poco a poco profundizamos en el misterio del amor de Dios por el hombre gracias a la insistente palabra HIC, «aquí». Ella nos acompañaba en cada basílica constantiniana al estar enmarcada en una estrella, siempre debajo del altar conmemorativo de algún hecho determinante de Jesús en Nazaret, en el Monte Tabor, en Ain Karem, Belén y Jerusalén. Esta estrella y la presencia de los franciscanos custodiando los Santos Lugares nos han ayudado a contextualizar el Evangelio y poner rostro a las palabras y acciones del Mesías.

Las huellas históricas de Jesús en Tierra Santa siguen presentes no solo en los datos arqueológicos sino también por las piedras vivas de la fe en las comunidades cristianas en sus diferentes formas de presencia. Estuvimos viendo la obra de caridad de dos escuelas de niños dirigidas por institutos de vida religiosa. En un país donde la discriminación a los cristianos es palpable, también lo es la tensión entre judíos y musulmanes como lo manifiesta la presencia de militares en las calles o el muro construido por Israel para limitarse con Palestina, estas religiosas son un oasis de caridad y esperanza cristiana. En la ciudad de Belén acogen en un orfanato a niñas musulmanes abandonadas por la familia por su discapacidad mental, y en Jerusalén a pocos metros del muro y bajo la presencia de los militares israelís sor Teresa y sus hermanas sostienen y defienden su guardería donde conviven, educan y cuidan de niños y niñas musulmanes y cristianos.

Al regresar a España brota en nosotros con más intensidad el saludo de los cristianos durante la cincuentena pascual ¡Cristo ha resucitado! Verdadermante ha resucitado. El sepulcro está vacío, sí, lo está verdaderamente porque ahora el Señor vive en su Iglesia. Gracias a todos por vuestras oraciones y os emplazamos a ir cuando podáis.

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